02 CÓMO CONSTRUIR UN FILTRO
Primera Parte: preparación de arcillas
Las arcillas a usar pueden ser del tipo
Caolín (preferentemente) o Plásticas. Se recolecta en lugares donde no haya
habido contaminación de pilas, plomo, mercurio, etc. Las arcillas que contienen
hierro natural, que son rojas y amarillas, ayudan a retener el arsénico.
Si está húmeda, se deja secar. Luego se
muele, se deja en remojo un tiempo con bastante agua y se bate. En caso que el
material se haya recolectado en un lugar dudoso se le puede agregar virutas o
astillas de maderas nobles o frutales, las cuales se retirarán luego al ser
tamizadas. Esto lo hacemos ya que se sabe, según estudios de suelos, que en
tierra de bosques y montes hay pocos minerales pesados ya que las maderas a
través de las raíces los reabsorben.
Luego de batir hasta que se disuelva bien,
se deja reposar unos minutos a que precipiten las piedras. Después se tamiza o
se cuela con un tamiz fino como los usados para la harina (0,5mm
aproximadamente).
Se deja reposar unos días para que
precipite la arcilla y se retira el agua sobrante. La crema resultante se
denomina “barbotina”, cuya densidad se puede determinar de la siguiente manera:
1 litro pesa 1,550kg aproximadamente. Esto se usará para la parte porosa, que
la llamaremos “alma”. Para las otras partes, que serían el cuenco, el embudo y
la válvula, se usa pasta.
Para lograr que la barbotina quede pasta
hay que seguir quitándole agua. Para ello se puede hacer una pileta de
ladrillos (sin pegarlos) y sobre una tela fina se agrega la barbotina y se
cubre. Dependiendo de la cantidad, el tiempo de secado: cuanto mayor cantidad,
mayor tiempo.
La otra opción, más rápida, es hacer el
mismo procedimiento en un hueco en tierra seca. Cuando esté a punto de amasado
se retira. Tiene que quedar como una masilla dura, que se pueda estirar bien
con el palo de amasar. Si está muy blanda, se deja expuesta al aire sobre algún
material absorbente (yeso, ladrillo, cemento, tierra). En caso de estar muy
dura, se la envuelve con tela húmeda y se espera a que se humedezca y se
ablande. Cuando quede a punto, se embolsa herméticamente para que no se seque
ni humedezca de más.
Segunda parte: modelados
Lo más importante es el alma, ya que ésta
se puede adaptar a botellas, y distintos tipos de recipientes. Es la parte
porosa por donde pasará el agua.
Se construye como un adobe, sobre un aro de
1,5cm aproximadamente de espesor. El diámetro dependerá de dónde lo queramos
ensamblar.
Para preparar la pasta para el alma, se
mezclan aproximadamente 3 partes de barbotina por 4 partes y media de materia
orgánica pasada por un tamiz de 1 a 2 mm de espesor (tipo tejido mosquitero).
La materia orgánica puede ser aserrín de maderas blandas o nobles, afrecho de
cereales, desechos de hormigueros, estiércol de burro o caballo, etc. Esta
materia orgánica será lo que al cocinarse deje el alma porosa.
Se mezcla todo y se le agrega un poquito de
agua hasta dar la consistencia de una pasta blanda.
Esta parte también se puede modelar con
tierra para ladrillo o limos. Las proporciones pueden variar un poco; lo
importante es lograr buena porosidad y que no se desgrane.
Una forma rápida de probar la pasta es hacer
una pequeña pieza de 2cm x 1cm aproximadamente con un hueco para pasarle un
alambre. Una vez seco, se colocará sobre fuego bajo y se calentará lentamente.
Al quemarse la materia orgánica, que es cuando empieza a humear, se puede
calentar con soplete hasta que la pieza quede roja incandescente. Una vez frio
se prueba pasándole la mano que no se desgrane con facilidad, y pase el aire
por sus poros soplando y aspirando a través de ésta. Si pasa el aire
fluidamente, pasará bien el agua.
Tercera parte: armado de la campana
En el modelado del cuenco o campana cada
artesano o ceramista podrá incorporar su diseño acorde a su estilo de trabajo.
En las fotos van las medidas y modelo mostrado en el video, cuyo diseño fue
inspirado en los torteros precolombinos usados para hilar.
En la parte a cementar se raya antes de
hornear para que éste adhiera mejor.
Cuarta parte: la válvula
La válvula es como un sombrerito. Cumple la
función de retener el carbón y dejar que salga el aire. Solamente lo usaremos
para los filtros que se instalen sobre bidones.
Quinta parte: el embudo
Es un disco del tamaño del alma que se
modela sobre una pelota o algo cónico. En el centro se le puede incorporar más
arcilla para que termine en punta, donde irá el hueco para que calce mejor
sobre el recipiente del agua.
ENSAMBLADO
DEL FILTRO
Para unir las piezas se talla el alma hasta
que encastre lo mejor posible en la campana. Se usa cemento común de
albañilería, sin aditivos, en partes iguales con el polvo del tallado de la
parte porosa. Antes que seque el cemento, se esponjea y se limpia el sobrante.
Una vez bien seco todo, se le agrega una
copita de plata coloidal en su interior y se sacude hasta que se reabsorba.
Luego, con una brocha, se pinta bien todo con el fin de que no se formen hongos
ni se adhieran bacterias, aún en el caso de que no se use por varios meses.
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